miércoles, 29 de abril de 2009

CLXVIII:¿Para qué sirve la fotografía arquitectónica?

¿Para qué sirve la fotografía arquitectónica?

La ilustración arquitectónica tiene cuatro funciones:

  1. Comunicación

  2. Producción

  3. Documentación

  4. Análisis.

  5. Expresión

La función de comunicación trata la ilustración como un medio de comunicación entre el arquitecto y en segundo agente, probablemente un cliente, a quien debe mostrar la obra antes de entrar en su construcción o el albañil que debe construir el edificio. La función de comunicación es una de las posibles pero no la única. La ilustración puede verse como un proceso de comunicación, pero no es la única manera de aproximarnos a ella. La función de comunicación pretende ofrecer una idea clara y sin ambigüedades de las intenciones del arquitecto.

En lo que se refiere a la producción el dibujo permite comunicar las ideas a la cuadrilla que levanta el edificio dando información cierta y sin ambigüedades sobre la tarea a realizar. Este uso de la ilustración previa a la edificación hace que la fotografía no pueda emplearse, a no ser que estemos reproduciendo una obra creada anteriormente. La función de producción es, en realidad, una especialización de la comunicación, orientada a la construcción del edificio, de la obra.

La documentación tiene como objeto recabar información, gráfica, sobre una obra arquitectónica. Su intención es mantener un registro que permita tener al alcance el conjunto de la obra construida sin tener porqué acudir a la original.

El análisis supone el uso de la ilustración para indagar en la propia obra arquitectónica. Es en cierto modo una especialización de la documentación. El análisis ha sido el uso tradicional del dibujo para su estudio. El arquitecto que viajaba a Italia para estudiar su arquitectura volvía con cientos de apuntes tomados del natural que suponían una manera de aprender. Gran parte del dibujo que se enseña en la Escuela no tiene por objeto saber hacer planos sino ofrecer una herramienta para el análisis de la obra ajena, o propia.

En lo que concierne a la expresión, está constituida por la obra gráfica que manifiesta las ideas del arquitecto aún cuando no esté orientada a la comunicación de éstas a segundos agentes. El boceto con el que el autor trata de espolear su actividad creativa no tiene por objeto convencer a un cliente para que adquiera la obra, ni tampoco ofrecer una referencia para que el albañil sepa qué quiere construir. La ilustración de expresión es una divagación intelectual cuyo objeto es explorar en el papel las ideas a las que habrá que dárseles forma en la construcción. La principal diferencia entre la función comunicativa y expresiva se centra en el tratamiento del mensaje final. Tanto en la comunicación como en la expresión partimos de una idea que queremos transmitir y que codificamos para insertarla en un medio, pero mientras que la comunicación pretende una decodificación única de la idea original mientras que en la expresión tratamos de que la decodificación sugiera significados y sentimientos diferentes. Cuando en un proceso de comunicación obtenemos un significado diferente del que pretendíamos o la posibilidad de varios significados hablamos de ambigüedad y se considera un error. Precisamente en un proceso de expresión buscamos esa “ambigüedad” solo que no es un error, se llama polisemia y trata la sugerencia, más allá de las palabras, como materia prima del mensaje decodificado.

De estas cuatro funciones la fotografía entra de pleno en dos de ellas: la documentación y el análisis. A la fotografía arquitectónica puede asignársele una función de comunicación pero solo para la obra arquitectónica terminada, para que ejercite la función de producción deberíamos partir de la imagen de una obra previa. Esto sucede cuando mostramos con fotografías el resultado de una construcción anterior que queremos copiar o reproducir.

La función expresiva tiene un campo de trabajo propio que supone la ampliación del trabajo intelectual a otros géneros creativos. El pintor, el dibujante, el fotógrafo, el cineasta, el escritor puede inspirarse en la arquitectura para realizar su obra. Esta sería una expresión arquitectónica aún cuando no sea obra arquitectónica por si misma. El fotógrafo emplea la obra de un arquitecto para crear la suya propia. Estas son las dos funciones principales que va a ejercer la fotografía: comunicación de la obra ajena o expresión de la obra propia.

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