lunes, 19 de enero de 2009

LXXXVIII: Reproducciones. El color

La realización de una reproducción fotográfica de un original pictórica se aparta de la realización fotográfica convencional en la necesidad de mantener en la imagen una fidelidad a los tonos y colores del original.

Los materiales fotográficos convencionales, tanto químicos como electrónicos, no están fabricados para ofrecer esta fidelidad a los colores. En concreto los materiales electrónicos están fabricados y configurados para ofrecer imágenes agradables de ver que priman la relación entre los colores antes que la exactitud individual a los mismos.

La industria comercial digital, gobernada por el mercado de la electrónica de consumo ofrece materiales y líneas de trabajo que dificultan el desarrollo de las reproducciones fieles.

El principal problema es la estandarización de espacios cromáticos mediocres que favorecen los tonos medios de colores vulgares y que dejan fuera del estandar de gamas de colores que no se consideran de uso habitual. La moda de un momento histórico como obstáculo al registro y la documentación fiel.

La dificultad se centra en:

  1. El uso de codificaciones digitales de imagen de baja resolución, basadas en números en base dos de ocho cifras cuando al menos necesitaríamos once cifras para disponer de un soporte capaz de registrar las variaciones tonales más delicadas existentes en la pintura.

  2. La corrección gamma aplicada de forma generalizada a todas las imágenes digitales independientemente de que estén destinadas a su visión en una pantalla de televisión.

Si bien la primera dificultad podemos enfrentarla usando imágenes en 16 cifras (en jerga inglesa “bits”) la segunda presenta problemas para trabajar con ella.

La imagen digital se caracteriza por representar los colores a partir de la mezcla de unos pocos colores básicos (tres o cuatro) de las que, curiosamente, solo se indica la cantidad de primarios a mezclar, pero no cuales sean estos primarios. Un color digital en RGB dice cuantas partes de rojo, de verde y de azul se mezclan pero en ningún sitio dice qué rojo, que verde y qué azul son los que hay que usar. Para manejar adecuadamente esta situación se emplean los perfiles de color que, básicamente, es información añadida a la imagen en la que se especifican estos colores primarios. Lo que significa que cambiando el “perfil de color” de una imagen, es decir el fichero informático que contiene esta información, cambiamos el aspecto total de la fotografía y por tanto falseamos los tonos de la obra original.

Teóricamente existen dos tipos de perfiles de color, los “dependientes del dispositivo” y los “independientes del dispositivo”. En este contexto “dispositivo” significa “aparato”. Un perfil “dependiente del dispositivo” es por ejemplo el que levantamos de un monitor o de una impresora. En él decimos cuales con los colores que el aparato puede producir.

En teoría podríamos trabajar en fotografía digital de la siguiente manera: realizamos la foto de la obra pictórica junto con otra fotografía en las mismas condiciones de iluminación y exposición de una muestra de color, como la tarjeta colorchecker de GretagMacbeth. A partir de la imagen de la muestra de color y con el software adecuado levantamos el perfil de color de la cámara para la iluminación empleada. Almacenamos este perfil junto con las reproducciones realizadas. A la hora de realizar ampliaciones de la reproducción, por ejemplo en photoshop, asignamos a la foto el perfil de cámara levantado. En este momento podemos hacer tres cosas:

  1. Trabajar con el perfil de cámara y convertir en el momento de ampliar al espacio de la máquina de ampliación (tipicamente una impresora o una filmadora). A esta manera de trabajar se la denomina “compilación tardía”.

  2. Convertir la imagen al espacio de color definido por el perfil de la máquina de ampliación. A esto se llama “compilación temprana”:

  3. Convertir la imagen a un espacio intermedio “de trabajo”.

Este ultimo caso es el preconizado por Adobe y voceado por la prensa para aficionados.

El problema con este esquema de trabajo está en que el “espacio intermedio de trabajo”, que presume de ser un espacio “independiente del dispositivo” rara vez lo es en realidad. Los espacios más comunes para trabajo intermedio son el sRGB, el AdobeRGB y el ProPhoto. Con los dos primeros está el problema de que su gama de color es limitada, más que la realidad de la pintura, por lo que distorsionamos los colores de la obra. Pero más problemático, para la conservación y registro de nuestra memoria artística es que los espacios citados no son realmente independientes del dispositivo dado que se definen a partir de gammas. La gamma es una alteración tonal que se introduce para compensar las desviaciones tonales de los monitores y tiene su origen en los sistemas de color de televisión. Así, ni sRGB ni AdobeRGB ni Prophoto son sistemas realmente independientes porque siempre añaden una corrección de gamma. Al trabajar sobre estos perfiles estamos distorsionando los colores originales de la obra pictórica.

Como regla general: nunca deberíamos procesar reproducciones pictóricas con perfiles de color de 8 bits y que se definan a partir de gammas.

La oferta de perfiles realmente independientes del dispositivo es escasa. La Iniciativa Europea para el Color, el organismo de la comunidad europea dedicada a todos los temas de color (ECI por sus siglas) promueve el uso, como perfil intermedio de trabajo del perfil EciRGB v4. Este perfil define un espacio realmente independiente del color, sin gammas, pero lamentablemente, de 8 bits. No obstante es la mejor opción si queremos trabajar con espacios intermedios y preferible a los sRGB y AdobeRGB propugnados por la miope prensa del sector fotográfico, informático y de la electrónica de consumo.

Un espacio de color adecuado para la reproducción de obras de arte debería admitir codificación en 16 cifras (como el ProPhoto) pero sin dependecia de gamma (como el EciRGB). Una solución es la propugnada por Scott Gefert con el perfil de color ProStarRGB. 16 bits de codificación de color sin dependencia de gamma.

(Para más información: Gefert, Scott, “Adopting ISO standards for museum imaging”, www.cdiny.com).

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