lunes, 19 de enero de 2009

XXXI: Variables de la figura. Del brillo y el entorno.

El brillo es la capacidad de la superficie para reflejar su entorno. El brillo habla de la forma y de la materia de la que está hecha la figura. En el brillo hay que separar dos ideas que son: la aparición de manchas (lo que entiende normalmente por «brillo»), la capacidad de la superficie para dejar ver reflejado lo que rodea la figura.
Los tres conceptos ligados al brillo son: entorno, brillo especular y brillo reverberado.
El brillo especular deja pasar la forma y la luz. El brillo reverberado deja pasar la luz pero no la forma El entorno es todo lo que rodea la figura y que se aprecia sobre su superficie en forma de brillo especular o de brillo reverberado.
Del brillo como entorno
La superficie de las figuras se comporta siempre como un espejo. Así como hay cristales transparentes que dejan pasar forma y luz los cristales translúcidos dejan pasar la luz pero no la forma. La superficie de los objetos se comporta de forma similar: el espejo propiamente dicho refleja forma y luz y equivale al cristal transparente, igualmente hay objetos que se comportan, en lo espejado, como el cristal translúcido: reflejan la luz, pero no la forma. Los primeros reflejan, los segundos reverberan. Al reverberar la luz la superficie se mancha con los colores de lo que tiene alrededor haciéndolo más o menos evidente.
Para iluminar objetos brillantes, ilumina el entorno, no la pieza. Deja que ella refleje lo que tiene alrededor.
Del brillo como mancha
Cuando la luz alcanza el objeto se refleja en ella pudiendo alcanzar o no el objetivo de nuestra cámara. Cuando lo hace ve una mancha de luz sobre la superficie del objeto.
Toda superficie tiene dos comportamientos, reflejado y reverberado. El reflejado consiste en un reflejo especular sobre la forma que lanza un destello, una mancha de luz allí donde el rayo reflejado alcanza la cámara. El reverberado consiste en la adquisición de un tono claro u oscuro dependiendo de la posición relativa de superficie, ojo y foco. Para conocer cuando tendremos el tono claro operamos así:
  1. Desde la cámara lanzamos rectas a los extremos de la superficie plana del objeto.
  2. Reflejamos estas rectas.
Las rectas reflejadas delimitan un espacio interior a ellas y otros dos exteriores. Todo foco situado en el espacio interior produce el tono reverberado. Cuando el foco está en el área exterior, produce el tono normal.
Cuando la superficie está pulida el reflejo se hace especular, dejando ver el foco desde la cámara.
El reflejo especular sobre la figura forma una mancha con un área central (centro) y una periferia (lustre, aureola). El brillo especular habla del material.
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