martes, 13 de enero de 2009

IV: Las ventajas de trabajar con luz de base y contraste.

La primera ventaja de trabajar con luz de base y contraste la he citado más arriba, es la de agilizar la creación de la luz ya que al ajustar primero la luz de relleno (base) y después la de contraste (principal) nos permite alcanzar el contraste deseado en un solo paso sin tener que hacer muchos retoques como sucedería si hicieras al contrario, ajustando primero la principal y después la de relleno. La segunda ventaja es que cuando decides la exposición por las sombras, ya que estas no cambian al ajustar la luz principal, esta solo actúa sobre el contraste. Por tanto puedes mantener la exposición siempre igual, sin tener que volver a medir, y solo actuar sobre la principal para controlar el contraste. Esto te permite optimizar la producción del estudio, especialmente en aquellas ocasiones en que hay que sacar mucho trabajo adelante. Por ejemplo, doscientas piezas para uno de esos catálogos de tiendas que salen cada quinte días, por ejemplo las fotos de un colegio donde tienes una fila de niños esperando y situaciones similares. El contraste lo decides cambiando la potencia de la luz principal entre una serie de valores que ya conoces. El diafragma en cámara no lo cambias porque sabes cual es el límite de potencia de tu luz principal sobre el que no conseguirás detalle en las luces. Así cuando quieras más contraste solo tienes que subir la luz de potencia, cuando quieras menos, bajarla. Marca los límites entre los que te puedes mover, que serán aproximadamente: la luz de potencia no debería dar más de 5 veces la iluminación que da la de relleno. Por ejemplo, dos focos de 500 vatios, o uno de 250 vatios para el relleno y 500 para la de potencia. Cuando veas que la figura tiene mucho contraste, con blancos y negros acusados, baja la luz de potencia. Cuando veas que tiene poco, súbela.

No hay comentarios: