martes, 13 de enero de 2009

VII: Medir la luz.

Medir no es lo mismo que exponer. La medición y la exposición se deberían estudiar en apartados distintos para no confundirlos. No entender la diferencia es causa de muchas de las malinterpretaciones que subsisten en la literatura fotográfica.

Hay tres maneras de medir la luz: la iluminación de la escena, el brillo de la escena y la iluminación dentro de la cámara.

Para medir la iluminación de la escena coge el fotómetro de mano y tapa la célula con un difusor. Hay dos tipos de difusores, el plano y el esférico. El plano sirve para medir iluminancias en lux (o en piecandelas) y para medir la luz que cae directamente de un foco. Con el difusor plano te aseguras de que mides preferentemente el foco que tienes justo delante del fotómetro. La esfera, que se llama también calota, sirve para medir toda la luz que cae sobre la figura (sobre el fotómetro). Con la calota das la misma importancia a todos los focos, con la chapa plana das importancia solo al foco que está justo delante. La calota es como una pequeña cabeza, te ahorra tener a la modelo debajo de la luz. La calota ve todos los focos, por lo que puedes tener medidas falsas cuando lo que quieres es conocer la luz que da un foco solo. Para saber la luz que da un foco en concreto haz una de estas dos: o mides con el difusor plano o mides con la calota pero tapando con la mano el resto de los foco para que no den luz. Nunca deberías apagar los demás focos porque normalmente estás más interesado en conocer la luz que viene de una dirección que la que viene de un solo foco. La medición de la iluminación proporciona una orientación sobre el diafragma a emplear.

Para medir el brillo mide desde la posición de la cámara con un fotómetro de luz reflejada. La medición del brillo hay que interpretarla porque los fotómetros indican un diafragma y una velocidad para reproducir aquello sobre lo que apuntas el fotómetro con un tono medio, no con el que tiene. Si apuntas a una pared blanca y expones usando el par f/t recomendado por el fotómetro acabarás con una pared gris, no blanca.

La medición de la iluminación en el interior de la cámara se hace con un fotómetro especializado en este tipo de mediciones y con los fotómetros de cámara. Las cámaras miden la luz dentro del objetivo, por lo puedes entender que equivale a medir el brillo de la escena. Es decir, nunca debes fiarte de la medición de la cámara para exponer, siempre debes interpretar ésta medida. Para evitarlo las cámaras ofrecen varios tipos de mediciones que promedian de alguna manera para recomendar una exposición.

Si crees que el fotómetro de mano es un aparato inútil que puedes sustituir por la medición de la cámara o por el histograma es que no entiendes para qué sirve medir y confundes medir con exponer. No mides para exponer, mides para iluminar. La cámara no permite medir contrastes, ni modelados. Cosa que si haces con el fotómetro de mano. Hay cuatro razones para medir la luz: conocer el nivel de iluminación, conocer el contraste, conocer la uniformidad de iluminación y conocer el factor de modelado de la figura.

De lo que he hablado más arriba es de la medición de nivel. Para conocer el contraste puedes medir por reflexión el brillo de la parte más clara y más oscura de la escena, pero te obliga a tener las figuras disponibles. Puedes medir el contraste de iluminación con un fotómetro de luz incidente dirigiéndolo hacia la luz más potente que haya en escena y la más débil. Para medir el modelado, apunta el fotómetro con la calota hacia arriba y después apuntala hacia la cámara. La diferencia es el factor de modelado, la capacidad de la luz para dar cuenta del volumen de la figura. Te dice la capacidad de la luz para que tu ojo sienta la forma que sentirían tus manos si la tocaras.

Para medir la uniformidad paseate con el fotómetro dirigido hacia la cámara y con la calota puesta. Así sabes si la persona, al moverse por la escena, entrará o saldrá de la luz. En cine y televisión se habla del área libre de movimiento, que es aquella por la que los interpretes se pueden mover sin que la iluminación caiga más de medio paso, o un tercio, depende de lo riguroso que seas. La cobertura de campo de un foco es todo el espacio en el que la iluminación no cae más de un paso. Sirve para situar los focos a intervalos iguales a la longitud que hayas medida. Así puedes cubrir un escenario más grande que la cobertura sin que haya pérdidas apreciables de iluminación.

Otra manera de medir es por reflexión con tarjeta. Como la medición por reflexión ofrece un ajuste para que aquello sobre lo que apuntas salga de un tono medio, kodak recomienda emplear una tarjeta de tono gris medio para que al medir sobre ella los tonos de la escena caigan en su sitio en la gama tonal de la ampliación. Hay tres maneras que hay de usar un fotómetro: medir la iluminación, con la calota en la escena; medir el brillo, sin la calota y apuntando a la escena desde la posición de la cámara; y por reflexión colocando la tarjeta gris en la escena. Suele decirse que medir con la tarjeta es lo mismo que medir con la calota, pero no es así. Medir con la tarjeta es como medir con el difusor plano. La tarjeta no ve todas las luces, solo las que tiene delante. Por eso, para medir el nivel para decidir la exposición conviene colocar la tarjeta algo inclinada lateralmente, a medio camino de la cámara y del foco principal. Si mides con la tarjeta hacia la cámara, al estar angulada respecto de la luz mediría una iluminación menor que la real de la escena.

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